Cuando eres un deportista apasionado y disciplinado hay un momento inevitable, el sentirse estancado. Es normal, el progreso no es una línea ascendente recta, todos tenemos altos y bajos, pero si has estado en este punto sabes que no te quieres quedar mucho ahí y es cuando empiezas a pensar, ¿Qué debo cambiar?
El primer paso o al menos el más lógico para muchos es el de entrenar más, integrar dobles sesiones, enfocarte en rutinas que te ayuden a mejorar tus debilidades pero si quieres subir tu carga y tiempo de entrenamiento, te tenemos una noticia, vas a tener que cambiar tu alimentación.
Entreno más pero estoy más cansado
Si eres un atleta entrenado, el elevar tu carga y tiempo de entrenamiento puede generar que al inicio tengas mejores sensaciones, estás mejorando, vuelves a sentir esa ansía por querer demostrar tu potencial en una competencia, sin embargo en el día menos pensado, en un traslado de tu casa al gimnasio, durante tu hora de trabajo o en cualquier momento, ha llegado el desgaste, el cansancio, tienes más sueño y también ya tienes menos tiempo. ¿Qué puedo hacer?
Hora de visitar al nutriólogo
Es muy probable que en este punto, tú ya tengas una dieta saludable y balanceada, que te servía con tu rutina anterior de ejercicio, pero ha llegado el momento de actualizarte, tenemos la buena o mala noticia que decirte, que si realizas más ejercicio, necesitas comer más o simplemente equilibrar tu dieta.
Una metáfora algo errónea o banal es la de comparar la comida como gasolina para tu cuerpo, cada alimento te aporta distintos nutrientes y elementos que tu cuerpo necesita, así que no solo es comer por comer, debes tener un plan que cubra todas tus necesidades.
Un profesional de la nutrición es tu mejor opción, debes contarle tus metas, tus hábitos, los entrenamientos que sigues y por supuesto tu tiempo y presupuesto que tienes para dedicar a tu alimentación.
Más allá del desayuno, comida y cena…: colaciones y snacks
Ya tienes bien definido qué es lo que te debe aportar cada una de tus 3 comidas principales: Desayuno, comida y cena. Ahora falta definir qué vas a comer con tus colaciones y snacks, esas pequeñas porciones que están entre tus 3 comidas principales, las cuales te ayudan a tener ese boost de energía para acabar tu trabajo o para empezar a entrenar.
Para tu colación o snack te recomendamos escoger un alimento o producto que sea fácil de preparar, que puedas llevar a cualquier lado y claro, que sepa rico, además de que te aporte una cantidad razonable de carbohidratos, fibra y proteína, elementos esenciales en cualquier dieta de un deportista.
Lo último: ¿Suplementos?
Este es un tema esencial que debes hablar con tu nutriólogo y que va a depender mucho de tus planes y metas, no es lo mismo estar en una dieta con déficit calórico, que tener programadas cargas de carbohidratos antes de cada competencia.
Los suplementos nos pueden ayudar a conseguir ciertos elementos que de manera natural nos costaría un poco más de trabajo.
Por ejemplo hay personas que requieren una alta dosis de creatina por su rutina de entrenamiento y para conseguirla de manera “natural”, tendrían que comer cantidades enormes de carne, otro ejemplo es el magnesio, que es esencial en la recuperación de los músculos y que está presente en muchas leguminosas; el beneficio del suplemento es evitar la inflamación que se podría generar al consumir leguminosas de manera natural.
Entonces ya lo sabes, si quieres competir mejor debes entrenar más y para alcanzar la meta como campeón debes acompañar tu entrenamiento con una dieta que te aporte todo lo que tu cuerpo necesita, así que hazte un tiempo en tu agenda dedicado a tu comida y si eres de los que tienen poco tiempo para la cocina, recuerda que siempre hay productos sabrosos y balanceados que te pueden ayudar.
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