Para muchos de nosotros el deporte es un complemento en una vida más equilibrada, pero para Samuel Gurria Vigueras, ganador de juegos Panamericanos y varios juegos europeos, la lucha grecorromana ha significado gran parte de su vida y de la persona que es hoy en día.
Samuel comparte que las luchas son un deporte muy completo, que incluyen fuerza, acrobacia y técnica, y desde muy joven ha estado dedicado a esta diciplina, “Era un niño muy hiperactivo, mi mamá siempre estaba buscando a qué clases meterme. Después conocí a un profesor muy importante para mí, Héctor Jiménez, él me insistió mucho en ponerme a entrenar y así comencé”.
“Le he dedicado catorce años a este deporte, entreno desde los 9 años, así que definitivamente se sienten como una vida”.
En el poco tiempo en el que no está entrenando, Samuel disfruta de pasear con sus perros; dos pitbulls y dos chihuahueños. También escucha música, en especial el rap y antes de una competencia importante música clásica, “me sirve para concentrarme y para bajar la intensidad”.
Es licenciado en nutrición, y ha sabido implementarlo a su carrera deportiva, haciendo énfasis en que, al crecer como deportista y persona, la buena alimentación y nutrición han jugado un papel crucial para todos sus logros; comer mejor significa una mejor salud.
La pandemia sin duda fue un golpe muy duro para todos, y Samuel no fue la excepción. Perdió varias competencias mundiales, el ritmo de entrenamiento y se volvió casi imposible seguir practicando. La lucha es un deporte de contacto, y al estar en cuarentena era muy difícil verse con algún compañero para entrenar. “Lo que me sacó adelante fue el apoyo de mi familia. Mi papá improvisó un gimnasio en la parte trasera de mi casa y me ayudó a seguir entrenando”.
Al preguntar cuál ha sido la lección más grande que le ha dejado este deporte, Samuel nos deja claro que es no solo un orgullo e inspiración como deportista, si no como ser humano. “Nunca es tarde para volver a retomar tus sueños y cuando se quiere cambiar, todo es posible. Estuve en situación de calle, tuve problemas con las drogas… la lucha fue un ancla que me ayudó a salir adelante. Tuve que perderme para encontrarme. Pasé por un camino muy oscuro pero el amor al deporte, a la vida y al querer algo mejor me ayudó a salir adelante”.
“A mi yo del pasado le diría que pensara tres segundos antes de hacer las cosas. Apretar los dientes. Saber que siempre se puede estar en constante evolución y aprendiendo”.
En el futuro cercano siguen grandes retos para este deportista, como el GRANDMA en la Habana, varias competencias internacionales, el mundial de lucha en Rusia, los juegos panamericanos y después, las Olimpiadas en Paris 2024.
A quien se quiera iniciar en este deporte, Samuel recomienda que sean pacientes, pues es una diciplina de alto rendimiento, pero, así como hay grandes retos, es un deporte que vale la pena. “Al principio es muy duro. Es un campo radical. Vas a tener que aguantar muchas cosas, pero el chiste es no bajar la cara y seguir adelante, el esfuerzo siempre tendrá su recompensa”.
Comments